La Real Congregación del Oratorio de San Felipe Neri de Murcia, establecida por el Obispo Belluga el 13 de abril de 1713, celebró solemnes exequias por su fundador, cuatro meses después de su fallecimiento, el 19 de julio de 1743.
El funeral se celebró en la catedral del obispado corriendo a cargo de D. José Molero Albacete sacerdote del Oratorio Murciano , la Oración Fúnebre por el eterno descanso de su alma.
El Padre Molero Albacete era motrileño, gran amigo del Cardenal, había sido Párroco de la Iglesia Mayor de La Encarnación Motril, y debió ser uno de los llamados "granadinos" que acompañaron o fueron llamados por Belluga, como colaboradores, a su llegada al Obispado de Cartagena.