jueves, 31 de marzo de 2011

La capilla de la Virgen de los Dolores de Motril

La mayor empresa artística llevada a cabo por Belluga en toda su vida tuvo como beneficiaria a su ciudad natal. A sus expensas mando construir y alhajar magníficamente, una capilla dedicada a la Virgen de los Dolores, su gran devoción mariana, en la Iglesia Mayor Parroquial de La Encarnación de Motril.

Situada como prolongación del brazo derecho de la nave del crucero del templo, realizó su traza el arquitecto José de Bada y Navajas, a la sazón arquitecto de la Catedral de Málaga y de las granadinas iglesias del Sagrario y San Juan de Dios. Las obras de la capilla comenzaron en septiembre de 1733, estando completamente terminada mediado 1737. Tenía cripta de bóveda rebajada y se desarrollaba en planta cuadrada con esquinas en chaflán y pilastras, cúpula sobre pechinas y linterna cilíndrica.

Además poseía sacristía propia, vivienda para sus capellanes y sacristán, y habitaciones destinadas a conservar la documentación de todas sus Pías Fundaciones motrileñas.

El Profesor López-Guadalupe Muñoz en su trabajo El mecenazgo artístico del Cardenal Belluga: La Capilla de la Virgen de Los Dolores en la Iglesia Mayor de Motril, ha realizado el estudio más profundo sobre este espacio arquitectónico, desgraciadamente desaparecido.

lunes, 28 de marzo de 2011

Real Capilla de la Virgen de los Dolores

“En quanto al Patronato, me mantengo en el mismo dictamen de no darlo a mi familia por la rasón dha y que se contenten los parientes todos con tener allí su entierro, valiéndome del pretexto de que a S M yo le di el Patronato de todas mis pías fundaciones y, siendo esta Capilla que yo disponía en mis escrituras se erigiese en una de ella, es consiguiente el que S M deba ser el Patrón… “

Con estás palabras se dirigía el Cardenal Belluga al Arzobispo de Granada explicándole sus intenciones sobre la Capilla que había fundado en su ciudad natal y por las cuales se denominaría desde su erección con el título de Real.

En el mencionado trabajo del Profesor López-Guadalupe Muñoz, y en referencia al único documento gráfico conservado de la capilla, una plumilla de  Garrido del Castillo publicada en La Costa del Sol (Motril, 1930), expone su tesis sobre que la decoración de una de sus pechinas reproduce lo que “parece ser un águila monocéfala (..) como recuerdo de los Reyes Católicos, en cuyo reinado se erigió la iglesia mayor motrileña”, y sin duda una referencia a la consideración regia del recinto.

viernes, 25 de marzo de 2011

Las reliquias de la capilla motrileña del Cardenal Belluga

Belluga decoró y alhajó magníficamente su capilla motrileña siguiendo un completo programa iconográfico que ha sido detalladamente estudiado por el profesor López-Guadalupe Muñoz en su ya citado trabajo sobre la misma.

El retablo, con su cuadro dedicado a la titular de la capilla, se configuraba como elemento principal del espacio, que se completaba con varios cuadros y un amplio repertorio de reliquias enviadas por Belluga desde Roma, no en vano el Cardenal perteneció a la Congregación de Sagradas Reliquias.

La ubicación exacta de cada una de ellas fue señalada por Belluga, así como los días en que habrían de venerarse públicamente. La relación de las mismas y la descripción de los relicarios que las contenían es la que  sigue:

Un relicario en forma de ostensorio de cristal de roca guarnecido de plata que contenía una de las espinas de la corona de Nuestro Señor Jesucristo, un Lignum Crucis, una porción del velo de la Santísima Virgen con uno de sus cabellos.

Una urna, que se ubicaba bajo la mesa del altar, con el cuerpo incorrupto de San Inocencio Mártir, con traje militar “forma en que se visten en la Corte Romana semejantes cuerpos”.

Cuatro relicarios con ciento treinta reliquias cada uno de ellos, “con sus adornos de talla dorados, sus puertas y cuatro llaves”, entre ellas se contaban la de la columna donde fue azotado Nuestro Señor Jesucristo y otra de San Pedro.

Cuatro “ur-nas adornadas con flores, y sus adornos de talla dorados” con los cuerpos de los Santos Mártires Santa Zoe, San Faustino, San Teófilo y Santa Celestina.

Desgraciadamente ninguna de ellas ha llegado a nuestros días, por lo que las imágenes que ofrecemos corresponden a relicarios de la época con características similares a las descritas por Belluga.

viernes, 18 de marzo de 2011

El ajuar litúrgico de la capilla de la Virgen de los Dolores

El carácter previsor, metódico y extremadamente ordenado del Cardenal Belluga queda de manifiesto en el completo ajuar litúrgico que previó e hizo llegar a Motril para el servicio de la capilla de la Virgen de los Dolores. Objetos de plata, metal plateado, otón, madera, etc., junto a un completo menaje de vestiduras litúrgicas, componían este ajuar.

Detalles tales como el envío de dos albas con “mangas anchas para si algunos religiosos dijeren Misa en dha Capilla “ o las explícitas instrucciones sobre la colocación y uso de algunos de los objetos litúrgicos - “pertenecen a dha Capilla quatro lámparas de plata, las que en todos los días de fiesta han de estar puestas en ella ardiendo pendientes de los quatro hierros con sus florones dorados, que perpetuamente han de estar fijos sobre la cornisa de la Capilla, y las lámparas en el medio que ay entre los cuerpos santos y los relicarios…”- corroboran la anterior afirmación y dejan constancia de la esmerada planificación hecha por Belluga en todo lo referente a su fundación motrileña.

El inventario completo de este ajuar, cuyo texto original puede consultarse en el ya citado trabajo del profesor López-Guadalupe, se componía de:

- Cuatro lámparas de plata para iluminación de las reliquias en los días solemnes y otras cuatro para uso diario.
- Seis blandones grandes de metal plateado.
- Seis candelabros de plata grandes con su cruz para uso en las solemnidades.
- Seis candelabros de metal plateado con cruz, para los días de fiesta.
- Seis candelabros de azófar para uso diario.
- Un cáliz de plata dorado y adornado de piedras finas, con su patena para las celebraciones solemnes.
- Un cáliz de plata con su patena para su uso diario.
- Un juego de vinajeras y platillo de plata dorada, para las solemnidades.
- Un juego de vinajeras de cristal con su platillo de metal.
- Una campanilla de plata para los días solemnes y otra de metal para diario.
- Dos portapaces de plata.
- Dos “Tablas del Evangelio último y Gloria” de plata y otras dos para uso ordinario.
- Dos ciriales de plata con sus cirialeras de madera y adornos de bronce dorado.
- Una naveta, incensario y cucharilla de plata para los días solemnes.
- Ocho vasos para ramos de flores.
- Dieciséis cornucopias para la iluminación de las reliquias de los Santos.
- Tres misales y “cuaderno para misa de difuntos”.
- Dos frontales de “lama de plata bordada en oro y lama de plata”.
- Un terno de lama de oro (dalmática, casulla, “collares” y capa pluvial) con paño de cáliz, púlpito y hombros a juego.
- Una “atrilera grande para la Epístola y Evangelio, para las misas solemnes, labrada de talla y dorada, con su cubierta de damasco con sus frangas de oro y floques de oro en la forma que se Lisa en Roma”.
- Cuatro casullas con sus estolas, manípulos y paños de cáliz de brocado de oro de color encarnado, blanco, morado y verde.
- Cinco casullas con sus estolas, manípulos y paños de cáliz para diario de color encarnado, blanco, negro, morado y verde.
- Tres albas finas con amitos y cíngulo para las solemnidades.
- Dos albas finas con amitos y cíngulo para las días feriados.
- Dos albas “menos finas” con amitos y cíngulo para las días feriados.
- Dos albas con manga ancha para uso de religiosos.
- Otros objetos como, alfombras, tapetes, pilas para agua bendita, aguamaniles, paños de manos, purificadores, corporales, toallas y manteles para el altar, completaban en ajuar.

viernes, 11 de marzo de 2011

La sacristía de la capilla de la Virgen de los Dolores

Situada a su izquierda, quiso el Cardenal Belluga que la capilla motrileña de la Virgen de los Dolores tuviera su propia sacristía independiente de la parroquial. Debió tener planta rectangular de igual profundidad que la propia capilla y sobre ella se situaban dependencias para la vivienda de capellanes y sacristán. Se comunicaba directamente con la capilla y aunque la primera idea del Cardenal fue que estuviese comunicada con la sacristía del templo, de la correspondencia mantenida por Belluga con el Arzobispo de Granada se puede desprender que esta puerta fue clausurada o no llegó a existir.

Al igual que en la propia capilla, Belluga se cuido de enviar todo lo necesario para esta estancia, a la que sin duda atribuía una significación muy especial para los sacerdotes, pues en su inventario refiere en varias ocasiones el uso que debía darse por estos a los distintos objetos de la misma, como por ejemplo a un pequeño cuadro “de Nra Señora de los Dolores para dar gracias con un reclinatorio, que ha de estar siempre colocado en el sitio destinado para dhas gracias con su tapete”, o “dos pequeños espejos a los lados para vestirse el sacerdote”.

El mobiliario de la sacristía lo componían una cajonera para guardar todo el ajuar de tela, un archivo mediano para conservar las auténticas de las reliquias de la capilla, inventario y otros papeles, un escaño y “una Mesa para la credencia, que ha de estar siempre en la Sacristía con su paño de damasco cubierta mientras no sirva en la Capilla”.

La decoración, perfectamente indicada por Belluga, se componía de un crucifijo que habría de colocarse sobre la cajonera y a cuyos lados se situarían los ya citados espejos. A ambos lados del crucifijo debían ubicarse dos cuadros grandes “uno de Nro Sr caido en tierra con su Cruz; otro el Desposorio de Nra Señora”, y en los otros testeros, tres cuadros grandes de “S. Juan de la Cruz; otro de San Francisco Solano, y otro de Sta Margarita de Cortona”.

Dos pinturas más completaban la decoración de la sacristía, el ya citado cuadro de la Dolorosa y una pequeña pintura griega de la Virgen con el niño “que se ha de colocar sobre la puerta de la entrada de la sacristía”.

El inventario completo de la Sacristía puede consultarse en el apéndice documental del ya citado trabajo del Profesor Guadalupe-Muñoz.