José Molero Albacete, sacerdote motrileño y gran amigo del Cardenal Belluga, fue uno de los "granadinos" que fueron llamados para colaborar con el nuevo Pastor tras su toma de poseción como Obispo de Cartagena.
Oratoriano como Belluga, a Molero correspondió pronunciar el sermón de las exequias que el Oratorio murciano celebró por el eterno descanso del alma del Cardenal el 19 de julio de 1743.
Su Oración Fúnebre, publicada en Murcia en ese mismo año de 1743, aporta numerosos datos biográficos del Cardenal motrileño, por lo que viene siendo considerada como una de las primeras biografías de Belluga.
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