viernes, 11 de marzo de 2011

La sacristía de la capilla de la Virgen de los Dolores

Situada a su izquierda, quiso el Cardenal Belluga que la capilla motrileña de la Virgen de los Dolores tuviera su propia sacristía independiente de la parroquial. Debió tener planta rectangular de igual profundidad que la propia capilla y sobre ella se situaban dependencias para la vivienda de capellanes y sacristán. Se comunicaba directamente con la capilla y aunque la primera idea del Cardenal fue que estuviese comunicada con la sacristía del templo, de la correspondencia mantenida por Belluga con el Arzobispo de Granada se puede desprender que esta puerta fue clausurada o no llegó a existir.

Al igual que en la propia capilla, Belluga se cuido de enviar todo lo necesario para esta estancia, a la que sin duda atribuía una significación muy especial para los sacerdotes, pues en su inventario refiere en varias ocasiones el uso que debía darse por estos a los distintos objetos de la misma, como por ejemplo a un pequeño cuadro “de Nra Señora de los Dolores para dar gracias con un reclinatorio, que ha de estar siempre colocado en el sitio destinado para dhas gracias con su tapete”, o “dos pequeños espejos a los lados para vestirse el sacerdote”.

El mobiliario de la sacristía lo componían una cajonera para guardar todo el ajuar de tela, un archivo mediano para conservar las auténticas de las reliquias de la capilla, inventario y otros papeles, un escaño y “una Mesa para la credencia, que ha de estar siempre en la Sacristía con su paño de damasco cubierta mientras no sirva en la Capilla”.

La decoración, perfectamente indicada por Belluga, se componía de un crucifijo que habría de colocarse sobre la cajonera y a cuyos lados se situarían los ya citados espejos. A ambos lados del crucifijo debían ubicarse dos cuadros grandes “uno de Nro Sr caido en tierra con su Cruz; otro el Desposorio de Nra Señora”, y en los otros testeros, tres cuadros grandes de “S. Juan de la Cruz; otro de San Francisco Solano, y otro de Sta Margarita de Cortona”.

Dos pinturas más completaban la decoración de la sacristía, el ya citado cuadro de la Dolorosa y una pequeña pintura griega de la Virgen con el niño “que se ha de colocar sobre la puerta de la entrada de la sacristía”.

El inventario completo de la Sacristía puede consultarse en el apéndice documental del ya citado trabajo del Profesor Guadalupe-Muñoz.