sábado, 30 de julio de 2011

Dos viajes a Roma, tres cónclaves, cuatro Papas

 
S. S. Clemente XI

S. S. Inocencio XIII

En dos ocasiones viajó Belluga a la ciudad santa, en 1721 y en 1724. Aunque su primer viaje tuvo como principal objeto la participación en el cónclave que designó al Cardenal Michelangelo Conti como sucesor de Clemente XI bajo el título de Inocencio XIII (1721-1724), Belluga no llegó a tiempo de participar en la elección, aunque permaneció durante dos años en Roma resolviendo varios asuntos relacionados con su obispado y con la reforma de la Iglesia Española, entre ellos la promulgación de la Bula Apostolici Ministerii. Tres años después de este primer viaje, en 1724, tras su renuncia al Obispado de Cartagena, se producirá su segundo y definitivo viaje, pues se instalará finalmente en la corte romana.
     
S. S. Benedicto XIII

S. S. Clemente XII

Belluga participaría, ya en Roma, en los tres siguientes conclaves que se celebraron antes de su muerte. En 1724 para la elección de Francesco Piero Orsini que adoptaría el nombre de Benedicto XIII (1724-1730), en 1730 para la designación de Lorenzo Corsini como Clemente XII (1730-1740) y en 1740 en el cónclave que designara sucesor de Pedro a su gran amigo el Cardenal Próspero Lambertini que tomaría el nombre de Benedicto XIV (1740-1758).
     
S. S. Benedicto XIV



jueves, 28 de julio de 2011

Títulos cardenalicios de Belluga

Sta. Mª in Traspontina
El colegio Cardenalicio se divide en tres órdenes: el episcopal, al que pertenecen los Cardenales a quienes el Romano Pontífice asigna como título una Iglesia suburbicaria, el presbiteral y el diaconal. A estos dos últimos el Romano Pontífice asigna un título o diaconía de la Urbe.

Sta. Prisca

En sus veintidós años como Cardenal Presbítero (1721-1743), Belluga fue titular de cuatro sedes cardenalicias romanas: de la Iglesia de Santa María in Traspontina, entre el 16 de junio de 1721 al 20 de febrero de 1726; de la Iglesia de Santa Prisca, entre el 20 de febrero de 1726 al 16 de diciembre de 1737;  de la Basílica de Santa María in Trastvere, entre el 16 de diciembre de 1737 al 3 de septiembre de 1738 y de la Basílica de Santa Práxedes, entre el 3 de septiembre de 1738 al 22 de febrero de 1743.
Sta. Mª.in Trastevere
 
Sta. Práxedes




miércoles, 27 de julio de 2011

Belluga en el Colegio Cardenalicio

Basílica de San Pedro,Roma.
Resulta imposible relacionar la ímproba labor llevada a cabo por Belluga en los casi veinte años trascurridos desde su definitiva instalación en Roma hasta su muerte, pues su extensa formación lo distinguirían como experto jurista y teólogo, y su valía personal le merecieron el aprecio de todos los Sumos Pontífices que le conocieron, reputándole como uno de los más sobresalientes miembros del Colegio Cardenalicio.

Como consultor, adscrito, miembro de pleno derecho o máximo responsable de alguna de ellas, Belluga forma parte de casi todas las Congregaciones Romanas que regían en aquel momento la vida de la Iglesia. Si en su primera estancia en Roma (1722-1723), Belluga fue adscrito a la Congregación de Concilios donde fue el redactor e impulsor de la Bula Apotolici Ministerii para la reforma de la Iglesia Española, partir de 1724 participaría en las Congregaciones de Ritos, Concilios, Inmunidades, Regulares, Sagradas Reliquias, y muy singularmente en la de Propaganda Fide.

Su eficaz defensa de la causa de los cuatro Santos de Cartagena lo ponderarían como uno de los más expertos cardenales de la curia en lo referente a la Causa de los Santos, en cuya Congregación intervino como informante, ponente o fiscal, en procesos como los de San Vicente Ferrer, San Juan de la Cruz, San Francisco Solano o San Juan de Dios.

Además fueron numerosas las Comisiones Pontificias que le fueron encargadas, y sus informes y consultas, siempre bien razonadas y fundamentadas teológica o canónicamente, fueron requeridas en multitud de ocasiones.

En su trabajo biográfico, el profesor Vilar, aporta incontables datos de la, por otra parte aún incompleta, vida y obra de Belluga en Roma, concluyendo que “las excelentes relaciones que el obispo dimisionario de Cartagena mantuvo con los sucesivos pontífices […] todos los cuales le distinguieron con su amistad, le situaron en puestos relevantes y le encomendaron misiones de confianza, hizo de Belluga un referente obligado en la Roma de su tiempo”.

miércoles, 20 de julio de 2011

Secretario de Estado, Vicedecano y Camarlengo.

La Secretaria de Estado Vaticana es la más antigua de las instituciones de la curia Romana. Al frente de la misma se sitúa un cardenal a quien se encomienda las funciones políticas y diplomáticas de la ciudad del Vaticano y la Santa Sede.

Al Cardenal Camarlengo corresponde la certificación oficial de la muerte del Papa en un ceremonial que concluye, destruido el sello y anillo papal y cerrados los aposentos del pontífice, con la comunicación oficial del óbito a los dignatarios principales de la Curia romana, al Decano del Colegio de Cardenales y al Vicario General de Roma quien, a su vez, lo da a conocer a la opinión pública.

Corresponde al Camarlengo durante la Sede Vacante la supervisión de la Cámara Apostólica, es decir, el gobierno temporal de la Santa Sede. Sin embargo, durante este tiempo, no es responsable del gobierno espiritual que se encarga al Colegio Cardenalicio, a quien corresponde asimismo la preparación de todo lo necesario para la elección de un nuevo Papa.

El Decano del Colegio Cardenalicio elegido entre sus miembros, preside este órgano de asesoramiento del al Sumo Pontífice, le corresponde la celebración de las exequias papales así como presidir la misa Pro eligendo Papa previa la inicio del conclave. El Vicedecano es igualmente elegido por los cardenales y sustituye al Decano cuando éste está impedido.

En definitiva tres altos cargos curiales fueron desempeñados por Belluga, si bien los datos sobre su ejecutoria son, por el momento muy escasos.


Así la profesora Vilar afirma que Belluga “ocupó interinamente la secretaría de Estado”, y varias fichas bibliográficas del motrileño señalan entre el 26 de enero de 1728 y el 2 de julio de 1729, el periodo en que Belluga fue Cardenal Camarlengo. Por su parte es el profesor Vilar quien nos refiere que en 1740 de los 68 cardenales que participaron en el cónclave que eligiera a Benedicto XIV, Belluga resultó ser el segundo en antigüedad.

miércoles, 13 de julio de 2011

Precursor del ecumenismo

La importantísima labor llevada a cabo por Belluga al frente de la Congregación de Propaganda Fide (Propagación de la Fe), lo hace merecedor de ser considerado uno de los más adelantados promotores del ecumenismo.

Sus actuaciones se dedicaron por una parte a preservar y ayudar a las pequeñas comunidades de católicos orientales que habían quedado aisladas después del cisma ortodoxo en Ucrania, mundo eslavo, Turquía europea, Libia, Siria, Mesopotamia e incluso la India, donde se fundaron conventos y escuelas católicas, y donde se consiguió su reconocimiento y seguridad.


Edición en árabe de Ortodoxae
Fidei onfesio.

Una segunda línea de actuación consistió en el acercamiento a iglesias orientales completamente alejadas de Roma, fundamentalmente armenios, repartidos entre Rusia y el Imperio Otomano y a cuyo patriarca Belluga escribió haciéndole ver el antigua reconocimiento de su comunidad al Obispo de Roma, y monofisitas coptos, egipcios y etíopes, con quienes también mantuvo amigable correspondencia y a quien remitió una traducción árabe de su obra Ortodoxae Fidei Confesio de 1735, de la que señala Vilar “invoca y exalta la fe común […] e invita a una reflexión conjunta que posibilitase la aproximación a Roma”.

No faltaron movimientos similares con las iglesias de Mesopotamia, Persia, la India, o el Tibet, donde los enviados de Belluga fueron muy bien recibidos por el Dalai Lama, y donde fructificaron numerosas misiones cristianas.

miércoles, 6 de julio de 2011

El catecismo de Belluga

Portada de la edición española
del Catecismo del Cardenal Belluga 
Con sus más de 350 páginas, la famosa Dichiarazione di tutto ciu,che contiene la religiones cristiana, e legge evangelica, es una de las más extensas y difundidas obras de Belluga, cuya primera edición de 1740 se publicó en italiano, latín y árabe.

En la edición española realizada en 1742 por el obispo de Tarazona, D.José Alcaraz y Belluga, sobrino del Cardenal, se explica el sentido de la obra, señalándose: “… el uso de los Padres Misisioneros, que viven empleados en la Conversión del dilatado Reyno del Tibet, y de todos los que ejercitan sus Missiones en otros Reynos Gentles, a fin de que con un Méthodo fácil y breve puedan catequizar a los recién convertidos a nuestra Sancta Fee Catholica”.

Consta de tres partes, la primera dedicada a la revelación divina a partir de la creación, la segunda relaciona cronológicamente la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, y la tercera de forma sencilla se relaciona la doctrina cristiana. Las dos primeras de mayor contenido teológico están dirigidas a los misioneros, mientras que la tercera por su estructura y sencillez, claramente se dirige los nuevos cristianaos.