“En quanto al Patronato, me mantengo en el mismo dictamen de no darlo a mi familia por la rasón dha y que se contenten los parientes todos con tener allí su entierro, valiéndome del pretexto de que a S M yo le di el Patronato de todas mis pías fundaciones y, siendo esta Capilla que yo disponía en mis escrituras se erigiese en una de ella, es consiguiente el que S M deba ser el Patrón… “
Con estás palabras se dirigía el Cardenal Belluga al Arzobispo de Granada explicándole sus intenciones sobre la Capilla que había fundado en su ciudad natal y por las cuales se denominaría desde su erección con el título de Real.
En el mencionado trabajo del Profesor López-Guadalupe Muñoz, y en referencia al único documento gráfico conservado de la capilla, una plumilla de Garrido del Castillo publicada en La Costa del Sol (Motril, 1930), expone su tesis sobre que la decoración de una de sus pechinas reproduce lo que “parece ser un águila monocéfala (..) como recuerdo de los Reyes Católicos, en cuyo reinado se erigió la iglesia mayor motrileña”, y sin duda una referencia a la consideración regia del recinto.