miércoles, 16 de febrero de 2011

Real Colegio de San Luis Gonzaga de Motril

Si bien es cierto que la iniciativa del establecimiento de un colegio de los Jesuitas en la ciudad de Motril partió del Cabildo Municipal en 1728, no es menos cierto que una vez tomada la decisión su primera acción fue dirigirse a Belluga para que con su ayuda y patrocinio el colegio fuera una realidad; no en vano ya en 1720 al crear dos cátedras de Filosofía y Teología en Motril, el Cardenal había previsto la posibilidad de la fundación jesuítica.

Antiguo edificio del Colegio Jesuitas en Motril
 Pero no será hasta 1740 cuando el colegio sea una realidad educativa en Motril, y por supuesto gracias a la decidida acción de Belluga, que en 1739 donará 30.000 ducados entre fincas, bienes raíces y dinero en efectivo para el establecimiento del centro educativo, que contaría con 30 plazas para colegiales y las cátedras de filosofía, teología, leyes y cánones.
Plano de la planta baja del colegio

Belluga encargó la fundación del que sería Real Colegio de San Luis Gonzaga de Motril al padre Bernardo de Vargas, Catedrático de Teología escolástica de Pavía en la Universidad Gregoriana del Colegio Romano de la Compañía de Jesús, Calificador de la Suprema y General Inquisición de España y examinador sinodal del Arzobispado de Sevilla, quien tomo posesión del mismo el 12 de noviembre de 1740.

El edificio del colegio motrileño ocupaba el espacio del hoy Colegio y Convento de Nuestra Señora del Rosario de la Orden Dominica. Tenía Capilla propia (la actual del colegio) y en sus dos plantas se distribuían las aulas la residencia de los Padres Jesuitas y todas las dependencias propias de la casa.

jueves, 10 de febrero de 2011

Benefactor de la educación en Motril

Las dificultades que hubo de padecer en sus primeros años de estudio, tanto en Motril como en Granada, y su preocupación por promover a los “sujetos que puedan ser útiles a la Iglesia de Dios, al Reino, a su republica y Familias”, movió toda la acción de Belluga en lo relativo a la educación en Motril.

Su contribución a la formación de sus paisanos se refleja ya en la escritura de fundación de sus Pías Fundaciones en 1720, creando una cátedra de Filosofía y dos de Teología bajo la supervisión del Colegio de Beneficiados de la Parroquia de La Encarnación de Motril.

Tras la fundación del Colegio de Jesuitas, estas cátedras quedaron agregadas al plan de estudios del mismo, no obstante Belluga dotaría dos nuevos beneficios para realizar estudios superiores “uno con beca de Theología y otro con beca de Jurista” en el Colegio Mayor de San Bartolomé y Santiago de Granada, previo examen de sus conocimientos, a sendos estudiantes del colegio motrileño.

Si bien es cierto que el Prelado anteponía a sus familiares para la obtención de estas ayudas, no lo es menos que en “caso de que ninguno tenga la debida habilidad, se admitan al examen los naturales todos que concurran, aunque no sean consanguíneos”.

sábado, 5 de febrero de 2011

La educación musical

“Declara asimismo Su Eminencia que para que en la misma Ciudad de Motril se puedan ir amaestrando en la Música algunos niños, y jóvenes de aquellos, que se reconociese tener mejor metal de voz y mejor oído….”.

Órgano de la antigua colegiata,
1763. Desaprecido en 1936.
Así comienza el punto 41 de la escritura de las Pías Fundaciones realizada por el Cardenal Belluga en 1739, y en la que establece la ordenanza por la que se debe regir el Cabildo Colegial de Motril para la enseñanza,  "no sólo a los Acólitos Mayores y menores .... más también a todos aquellos que quisieran aprenderlo", de “canto llano” y  “canto de órgano” al servicio de la liturgia en la ya entonces Colegiata Insigne.

Belluga especificará quienes deben ser  los maestros de canto y la  cuantía de las retribuciones que deben recibir con cargo a sus fundaciones, así como el mecanismo por el que los más diestros en su aprendizaje pasaran a “enseñar, y amaestrar a otros, porque esta enseñanza de unos a otros quiere Su eminencia dure perpetuamente”.

Con esta disposición el purpurado motrileño vuelva a dejar constancia de su preocupación por la formación de sus paisanos, especialmente de aquellos que pudieran seguir la carrera eclesiástica, pero también de los  que pudieran entrar al servicio de la Colegial, ofreciéndoles la formación necesaria para ello.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Miga para la enseñanza y educación de niñas pobres

Una muestra más de la filantropía del purpurado motrileño para con su “patria”, es la Pía Fundación de una “Miga para la educación y enseñanza de Niñas pobres” de su ciudad natal.

Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, el término femenino “miga” hace referencia en Andalucía, a una escuela de niñas, que es efectivamente lo que creó Belluga en Motril para la instrucción de las niñas con menos recursos de la ciudad, en una nueva demostración de su preocupación por la educación de sus paisanos.

No son muchos los datos conocidos de esta fundación, aunque su existencia está demostrada documentalmente al menos hasta los primeros años del siglo XIX, cuando se produjo su traslado desde su ubicación en una casa donada por Belluga en la calle San Rafael a un nuevo edificio en la calle de la Carrera.