viernes, 21 de enero de 2011

Belluga y la Virgen de la Cabeza

Si, como ya ha quedado demostrado, Belluga nunca olvidó su patria de origen favoreciéndola en todo lo que estuvo en su mano, algunos detalles de su ejecutoria muestran hasta que grado mantuvo su recuerdo por la ciudad que le vio nacer. Un claro ejemplo de ello se ve en el cuidadoso detalle que tuvo para ennoblecer el culto a Nuestra Señora de la Cabeza, Excelsa Patrona de Motril.

En el ya citado inventario de la Capilla de la Virgen de los Dolores, al consignar “seis blandones grandes de metal plateados los quales han de servir delante del Altar para las fiestas solemnes, Belluga deja explícito que los mismos deben usarse asimismo “para Nra Señora de la Cabeza en el día en que se celebra su fiesta.”.

martes, 18 de enero de 2011

El oratorio de San Felipe Neri en Motril

La relación de Belluga con su ciudad natal no ha sido, por el momento, objeto de ningún profundo estudio que pudiera arrojar luz sobre las que debieron ser sus numerosas actuaciones en favor de ella, aparte de las ya referenciadas anteriormente. Una de esas desconocidas acciones es su más que probable intervención en el establecimiento de la Congregación de San Felipe Neri en la ciudad de Motril.

San Felipe Neri
Su existencia en la ciudad a la muerte del purpurado motrileño está documentalmente probada, al establecer Belluga en su testamento que parte de los libros de su biblioteca romana fueran enviados al oratorio de Motril, lo que demuestra la, por otra parte obvia, relación del Cardenal con la congregación en su ciudad natal. Nada sin embargo se sabe sobre la fecha de su fundación y desaparición, integrantes, posibles Prepósitos, etc.

Algo más probable es la localización de su templo en Motril, posiblemente una pequeña capilla situada en las inmediaciones de Mercado Municipal –concretamente en el actual emplazamiento de los puestos de venta de flores y plantas- que en el momento de su demolición en 1894 era conocida como el Oratorio de la Escuela de Cristo.

miércoles, 12 de enero de 2011

Insigne Iglesia Colegial de La Encarnación de Motril

Con la dignidad colegial dada a un templo católico se quiere significar la importancia de una determinada población en la que no existe sede episcopal así como dignificar el culto divino en la misma.

Colegiata Insigne de Motril a principios del siglo XX

Ambas razones debieron pesar en el ánimo del Cardenal Belluga que expresó ya en 1740, recién concluida la obra de la Capilla de los Dolores, su deseo de elevar la Iglesia Mayor de su ciudad natal en Colegiata Insigne bajo patronato real, en carta dirigida al Cabildo Municipal de 26 de mayo de ese año: “…sin olvidarme del deseo de V.S. y mío de que se erija esa nuestra iglesia en colegiata…”.

Como era de esperar bajo la influencia del Purpurado motrileño, Su Santidad Benedicto XIV, gran amigo de Belluga, otorgó dicho rango a la Iglesia de Motril, expidiendo la pertinente Bula de Erección “en Santa María la Mayor en 21 de Noviembre del año próximo pasado de 1742 tercero de su pontificado (…), en la que se ordena se erija en Colegiata Insigne la Iglesia Parroquial de la Ciudad de Motril”.

Aun así habría que esperar seis años para la erección efectiva de la Colegiata, toda vez que el Cabildo Catedral granadino envió un memorial a Roma exponiendo las razones en contra de dicho privilegio, básicamente de orden económico.

No será hasta diciembre de 1747 cuando una sentencia real dé la razón a la Iglesia de Motril, designado como Juez Erector de la misma a D. Fernando Alcaraz Hurtado y Belluga, sobrino del Cardenal,  que la hará efectiva el 30 de abril de 1748, cinco años después de la muerte de Belluga.