Si, como ya ha quedado demostrado, Belluga nunca olvidó su patria de origen favoreciéndola en todo lo que estuvo en su mano, algunos detalles de su ejecutoria muestran hasta que grado mantuvo su recuerdo por la ciudad que le vio nacer. Un claro ejemplo de ello se ve en el cuidadoso detalle que tuvo para ennoblecer el culto a Nuestra Señora de la Cabeza , Excelsa Patrona de Motril.
En el ya citado inventario de la Capilla de la Virgen de los Dolores, al consignar “seis blandones grandes de metal plateados los quales han de servir delante del Altar para las fiestas solemnes”, Belluga deja explícito que los mismos deben usarse asimismo “para Nra Señora de la Cabeza en el día en que se celebra su fiesta.”.